domingo, 10 de enero de 2010

Que nieveeee, que nieveeee, la virgen de la cueeeeveeeee

¡Joder! ¡Cómo nieva coño!
Mañana, que me toca volver a la realidad me veo patinando por las aceras, resbalándome por las escaleras y empapado cuando los coches pasan sobre un charco (ésto me ha pasado más de una vez).
Entonces, mi vuelta al mundo y a la cruel realidad del estudiante se plantea como un auténtico desastre a base de empotrarme con farolas (Ratoncito Peréz, ve preparando la cartera) y paredes de todo tipo (ladrillo, gotelé,... señoraaaaaaaaaa que las tengo d'ofertaaaaaa) a menos que:
 - Recupere mi paraguas.
 - Inventen un cigarro que caliente los dedos cuando no llevo los guantes puestos.
 - Tenga la suerte de resbalar y no caerme de morros al suelo porque en el camino me he estampado con un fornido hombretón que me quiera invitar a un café, con una rubia pechugona que quiera que le invite a un café o una abuelita con un abrigo de esos de mucho pelo que parecen un peluche, y que quiera dejarme en herencia todos sus millones si le doy un masaje en los juanetes.

Ale, y con esto y un pitillito vuelvo a la Tierra a la velocidad en la que la Obregón saca una serie nueva de tele que fracase al segundo día de emisión.
Dios, y todavía no me he puesto a estudiar. ESTREEEEEEEEEEEEÉS!!!.

Moody.

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