domingo, 13 de diciembre de 2009

La noche en coche

¡Ay que joderse! ¿Se puede saber quién cojones elige la programación de la tele? ¿No hay una ley que regule el coñazo que están emitiendo ahora mismo en todos los canales? Os lo pido por favor, sólo un nombre y una dirección, "A por ellos S.A., sicarios organizados" se encarga del resto.
No se que prefiero, tragarme toda esa mierda que emiten o tirarme casi dos horas en el coche intentando aparcar en Madrid.

El caso es que ayer quedé con mi buena amiga T. a acompañarla a una entrevista a un bar de copas por Alonso Martínez para luego ir con mi hermana y otra amiga a un garito de cócteles (mmmmm... cairpirinhas....).
Total, que si había quedado con ella a las 23'45, por supuesto salgo de mi casa a las 23,30, por lo que espero que haya un decretazo que diga que ahora los minutos se llaman horas, y viceversa, porque sino, NO LLEGO NI DE COÑA. Así que nada, pongo rumbo raudo y veloz hacia Alonso, y por supuesto se me han olvidado las llaves de casa, así que tengo que volver a por ellas. Ya no llego ni de coña, se me puede aparecer la Virgen, el Espíritu Santo y el fantasma de Lady Di, y ni aún así llegaré puntual porque ya son las doce menos 10. ¿Nadie tiene una máquina del tiempo? Bueno, bonito, barato. Pago en efectivo, y si no me llega, también en carnes.

Por supuesto en el coche me acompaña mi querido amigo Murphy, quién me ilustró con una recopilación más que representativa de su catálogo de Leyes, a saber: pillé atascazo, me perdí (3 veces, y mira que es fácil llegar), me tocó un camión de la basura y no conseguí aparcar (eso sí, me quitaron un par de sitios la mar de majos). Ya llevo una hora metido en el coche dando vueltas como un gilipollas y cabreado como una mona, así que bajo la ventanilla, me enciendo un cigarro, hace aire, se me va todo el pelo a la cara, no veo nada, cojo el móvil porque me llama mi amiga T... y justo enfrente tengo un coche de policía. Ole, ole y ole. ¿Cuánto me podrían poner de multa por ir conduciendo sin sujetar el volante, sin ver, fumando y hablando a la vez por el móvil? Menos mal que no se dieron cuenta.

Así que nada, como ella también había venido en coche, quedamos directamente en el sitio de los cócteles. Por supuesto, vuelvo a perderme (creo que tengo el mismo complejo que la madre de Marco), me vuelve a tocar otro camión de basura y tardo en llegar 30 minutos a un sitio que estaba a 5. Triste, muy triste.
Eso sin mencionar que mi hermana y su amiga nos dieron plantón, así que ante la ausencia de mi pariente cercano y su amistad, mi amiga T. y yo decidimos casi telepáticamente que nos vamos a un sitio de esos donde la mayoría de la gente liga con gente de su mismo sexo.

Otra vez al coche. La próxima vez voy en bici.

Después de otra odisea para aparcar en Chueca y habiendo dejado el coche en un sitio bastante poco lícito en términos de estacionamiento, nos vamos al garito de turno. caigo en la cuenta de que no voy a poder ingerir mi dosis recomendada de alcohol semanal, lo cual me hace cagarme en mi coche y el concesionario que lo parió.
Hay que ver lo diferentes que son estos sitios de los que yo suelo frecuentar normalmente:
- Mi amiga T. babeando por la camarera turbopivón. Yo que soy la voz de su conciencia le recuerdo cada 5 minutos que tiene novia y que esa camarera pegaría más conmigo que con ella.
- Una de rojo frita a porros que parece ir con un cartel en la frente diciendo "busco amigos" no para de molestar. Que alguien la sacrifique.
- Un tío con el pretexto de ponerse a hablar conmigo me pide "que le pase una pajita". Ala, pa' ti pa' siempre, toma, todo el bote. Me faltó mandarle a su casa a por pan.
- Otro que no deja de rondarme y de intentar introducirse en mi espacio vital. Mientras otro tío intenta ligar con él, no para de ponerme ojitos. Y yo, que me descojono por todo, me empiezo a partir de la risa, porque sí.

Por lo menos conocí a un amigo de T. bastante mono, muy majo, traumatizado porque no sabía hablar inglés y que era... bailaor. Toma ya, la próxima vez seguro me encuentro a Lola Flores (o su espíritu).

Así que nada, debido a mi estado de excesiva sobriedad, decido batirme en retirada. MP: Me Piro a casa, eso sí, en coche.
Cuando por fin consigo meter el vehículo a motor en la minúscula plaza de garaje, hago una plegaria a Santa Hermenegilda para que me toquen los Euromillones y poder contratar un chofer llamado Bautista para que me lleve a todos sitios, y de paso evitar ese insano estado de salud que es la sobriedad.

He decidio romper mi relación de amistad con mi coche. A partir de ahora tendremos una relación exclusivamente cordial.

Moody.

1 comentario:

  1. ¡¡¡No sé como viviendo en la Capital no se te ocurre coger el metro!!! en Hoja verde no tenemos de eso, y de hecho para movernos a la Capital tardamos una hora mínimo. No sabes cuánto te envidio...

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