domingo, 20 de diciembre de 2009

La familia o Belén Esteban

¡Qué bonitas son estas fechas!
Las Navidades, esa época del año tan llena de buenas intenciones y promesas que luego nadie cumple, como los propósitos de Año Nuevo. Si no vas a cumplir algo, mejor no lo prometas, yo por eso nunca me prometo a mí mismo que dejaré de fumar, empezar a ir al gimnasio o llevar las asignaturas al día (por Dios, que desfachatez).

En estas fechas tan cariñosas (porque todo el mundo da muchos besos, muchos abrazos y mucho amor) también se comparte mucho tiempo con la familia. La familia es ese grupo de gente que mayoritariamente se detestan entre sí, aunque están obligados a quererse y aguantarse porque les unen lazos de sangre. Es algo así como cuando esa tía vieja y amargada, que se pinta como un loro y se traga todos esos programas culturales como Sálvame Deluxe, La Noria y DEC te dice con mucho cariño delante de todo el mundo: "¡Pero bueno! Hay que ver lo delgado que estás, ¿tú comes bien? Porque no es normal estar como estás...". Esto te lo dice desde el fondo de la patata y le sale desde lo más profundo de su amargura, pero eso sí, luego te dice que "te quiere mucho". Antes de que termine la frase ya te ha empezado a girar la cabeza como a la niña del exorcista, estás expulsando bilis hasta por las orejas y ya estás marcando el número de teléfono de aquel sicario que te debe un favor, pero en seguida mamá o papá te recuerdan que "es de la familia así que hay que comportarse".

Así que en estas reuniones familiares, o te alías con ese pequeño grupo que tiene 2 dedos de frente para poner a parir al resto (situación típicamente navideña), o decides disfrutar de la agradable compañía de un par de botellas de champán, que también es muy navideño.

Y mira que me importa poco el famoseo casposo que hay en España, pero entre eso o pasar demasiado tiempo con la mafia digooooooooooo familia, casi que prefiero comentar las operaciones de la Lady Gaga de San Blas, es decir, Belén Esteban.

En este caso, podemos apreciar claramente como en casa de Belén, haciendo uso de la garantía con la que venía, la han mandado al Servicio Técnico para que la reparasen. Me han contado, aunque no puedo confirmarlo, que a Belén la adquirieron en una tienda rollo Ikea, es decir, te llevas la cosa en una bolsita de plástico y luego la montas en tu casa. Pero claro, esta tienda no tiene muy buena reputación y a "Monta tu propia Belén en 7 sencillos pasos y sin herramientas adicionales" le faltaban algunos componentes como la barbilla y la vergüenza y le sobraban otros como las bolsas de los ojos y pollo para Andreíta. Entonces, en casa de Belén se cabrearon como monas y la mandaron directamente al Servicio Técnico para que la construyesen bien, por lo que volvió a pasar de nuevo por toda la cadena de montaje: reconstrucción, alicatado y esmaltado. Una vez que la dejaron moníssima y completíssima de la muerte, la volvieron a meter en la caja en la que había venido y de ahí a la "fragoneta" de reparto. Pero claro, en Madrid hace mucho frío y de vez en cuando nieva, así que la pobre "frago" se salío de la carretera y la caja que contenía a Belén salió disparada y se hundió en el Manzanares, y como todo el mundo sabe el Manzanares tiene de todo menos agua potable, por lo que la química hizo su trabajo sobre Belén y la convirtió en aquéllo que podemos ver en la foto.

Cuando ya llegó a su casa, todos se quedaron un poco extrañados al ver que la imagen de Belén no tenía nada que ver con la foto que había en la caja, pero como no le faltaba ninguna pieza, a pesar de parecer la Barbie Prostituta Plastificada mezclada con la Princesa Cisne y el Pato Donald, pues se la quedaron y no volvieron a decir ni mu.

¿Se dará cuenta la afamada y perspicaz escritora Ana Rosa Quintana de toda la verdad o necesitará la ayuda de alguien en la sombra para triunfar en este caso?

El tiempo lo dirá todo.

Moody.

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