Me apetece escribir algo, no se sobre qué, pero me apetece.
Escucho música, Anjulie, Amy Winehouse, Björk. Hoy tengo un día melancólico. Debería ponerme a estudiar pero no puedo. ¡Maldito coche! ¿Por qué cojones es tan difícil aparcar en Madrid? No se como mi buena amiga T. está siempre con el coche todo el día para arriba y para abajo. Ay T... Y pensar que ahora estás sin coche después de que tu prima te lo reventase contra un bordillo... Pobre Pollo, ahora es más bien Pollito Frito en Corporación Tecnoestética poniéndose una talla más de parachoques (you tell me you love me, you la la la love me). Pollito quiere parecerse a Yola Berrocal, va a salir del cirujano plástico más renovado que Isabel Preysler en una presentación de Porcelanosa. Y sí, quieras o no, Olivia Wilde será mi esposa, que tú ya tienes a L., y que bastante buena está ya. Al menos todavía queda Don Simón.
¿Cuál sería el nombre del chico ese de los ojos claros? Si esque me falta un empujoncito, que al final por orgullo o timidez nunca me como un rosco, y eso que según tú la gente se da la vuelta cuando paso.
No se por qué, pero últimamente me lo dicen bastante, como el otro día cuando me fui de compras con mi amiga C. Me debes una sangría, por cierto, esa te la guardo. C. dice que no se puede ir conmigo por la calle porque la gente me mira mucho y que no se puede ir conmigo de compras porque sino a ella no le hacen caso las dependientas. En fin... y eso que más da.
Todavía tengo la espinita clavada por no haber estado ese día en el que hiciste tu apoteósica entrada en la discoteca rodando escaleras abajo por querer hacer una entrada de superdiva, meneando las caderas al pisar cada escalón mientras te quitabas el abrigo. ¿Quién se quedó espatarrada como un sapoooo? ¿Pares o impares? jajaja.
Tengo curiosidad por saber qué pasará cuando vuelvas a España y si llegamos a coincidir alguna vez. Te arriesgaste demasiado mándandome ese mensaje aún sabiendo que iba a descubrir en seguida quién eras. Pero tranquilo... ssshhhh, que no se lo diré a nadie, puede que algún día te cuente cómo fue lo mío, bueno, más bien mi secretillo. Quid pro quo. También te agradezco aquéllo que escribiste sobre mí, no se cómo pudiste sacar tanto de tan poco que te dije y de lo nada que te conté sobre mí. Te irá bien en esta vida, eso seguro.
Y tú, K., amigo mío, a ver si te aclaras de una vez, que andas más liado que una rasta. El ser no entiende de porcentajes, ni de 80 ni de 20. Si abres un poco más la mente verás todo mucho más claro, te comes demasiado la cabeza y te encierras demasiado en tí mismo. Que vives en los mundos de Mariah Carey, retozando entre mariposas, nubes y unicornios. Tienes que descubrir qué es lo que realemnte quieres y qué es lo que te gusta y dejar de idealizar personas desconocidas. Se trata de tí, no de la otra persona a la que ni siquiera conoces.
Y a mí mismo, échale un poco más de morro y picardía a al vida, que luego te pasa lo que te pasa...
Moody.
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