El Orgullo, en todos los sentidos.
Ayer estuve en el cierre del Orgullo Gay, que fue una pasada. La primera vez que voy, y no se cómo me he perdido esta fiesta años anteriores. Como el gran número de lectores (risas) de este blog taaaaan interesante (más risas) sabrá, mi lugar preferido es la Gran Vía de Madrid, y allí estaba ella abarrotada de gente de todo tipo, color y nacionalidad en medio de un fiestón espectacular y música por todos lados. Ahí que fui con mi novio, recién llegado de un viaje de 2 semanas y que pretende irse 3 días de viaje justo antes de no saber cuándo nos podremos volver a ver. Esto ya es por puro orgullo, o todo o nada. Quererme no es suficiente, hay que demostrarlo, y sobre todo habiendo un charco de por medio.
Y que rápido me ganó, y qué rápido me puede perder.
Y como ayer cantaba Kylie, que es un auténtico monstruo encima del escenario, "los amores que han pasado ya, no se comparan a ti", y en su mano está que se lo siga cantando a él o al próximo. Yo ya he puesto todas las cartas sobre la mesa, aunque siempre me guardo un as en la manga, por muy pequeño que sea. Ahora sólo me falta que el me enseñe las suyas.
Moody.
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