¡A quién sino!
(Chan chan chan, música épica y voz en off con tono grave)
Último examen, el único que ha tenido el señorito Moody este septiembre, y último examen para terminar la carrera. Un puto cura le suspendió en junio, dejándole con sólo una asignatura suspensa, asignatura que le impidió licenciarse en junio, pero que no podrá impedirlo en septiembre.
Y bueno, que ya me aburro y no estoy para crear ambiente peliculero. Y mucho menos en un blog que lee taaaaaaanta gente que busca el entretenimiento que no doy (y si estás leyendo esto, gracias por leerme. Y sí, puede que seas un poco bicho raro).
Pues el examen era práctico, así que me voy con la práctica super bien preparada. Y nada más llegar a mi futurible ex-universidad a una hora a la que debería estar llegando a casa de fiesta (Entiéndase las 7 a.m.), entro como un zombie por la puerta. Y al pasar por la puerta empiezo a pasar al estado trauma por volver a estar otra vez, OTRA VEZ en la puta universidad.
Así que justo antes del examen me entero de que además de la parte práctica, también había parte teórica que NO me había estudiado porque al profesor se le debió de olvidar mencionarlo en junio. Y claro, vale que él sea cura y tenga revelaciones, se le aparezca la Virgen y juegue con JC al strip-poker en carnaval, pero como yo no tengo ese tipo de conexión directa con Dios (que hasta donde yo se, tampoco tiene facebook ni twitter), pues no me entero las cosas si no me lo dicen.
Total, que hago la teoría como puedo (50% del examen) y la práctica de puta madre.
El último examen de la carrera, el único de septiembre y veo que no me licencio.
¿Quemaré la universidad?
¿Pondré una bomba en la universidad?
¿Denunciaré al cura por acoso?
¿Aprobaré y me iré de copas a las 11 de la mañana?
El desenlace: la semana que viene.
Moody.
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