jueves, 12 de agosto de 2010

Aviso a navegantes: post melancólico/filosófico/existencialista

No se si será por el calor del verano, el aburrimiento sobrevenido o el whiskola que me estoy tomando (bueno vale, es el segundo). El caso es que estoy teniendo demasiado tiempo para pensar, imaginar, recordar, proyectar...
Por fin tengo un tiempo para mi, sólamemte  para mi en la piscina de mi pequeño paraíso, entre palmeras perfectas, césped y buganvillas, todo ello aderezado, como no, con una copilla, buena música y un cigarrito.
Éstos días estoy sociópata, en especial con los que están en mi casa, es sentir su presencia y querer mandarles con Rocío Jurado y Lady Di... Mi espacio vital se ha ampliado de dos metros a dos kilómetros.
Pero bueno, aquí estoy sin nadie que perturbe mi paz interior.
Y me siento a la orilla de la piscina y meneo un poco las piernas. Las ondas del agua que salen de mis pies se expanden al infinito y dostorsionan los azulejos azules y blancos del fondo. Me gusta esa imagen. Debería volver a pintar.
¿Hasta qué punto se puede modificar la realidad a través de la percepción? ¿Y los recuerdos? Ahí sentado le he proyectado por primera vez en años, aunque en realidad sólo ha pasado un mes desde la última vez que estuvimos juntos, cuatro desde que empezamos. Una eternidad para mi desde que se fue.
El agua me confunde, me hace soñar despierto, o recordar, o querer... Y sigo con el pelo hecho un asco, pero el espejo me devuelve la imagen con unos ojos verdes, de verde esperanza por volver a verle. Esos ojos de los que él se enamoro y que tanto le han visto en un irreal segundo, esperando que haya una próxima vez, una segunda oportunidad. Esos ojos aún recuerdan la primera vez, y lo que dijo en la despedida, y su cara, porque no sólo ven, también escuchan... "¿que me estás haciendo?" dijo él, "nada que tú no quieras", dijo la otra parte... y desde entonces hasta después. Y desde después hasta ahora. Y desde ahora hasta el destino sabe cuándo.

Esto es lo que pasa por remover el agua, que las ondas dibujan cosas que existieron, o que quizás puedan volver a existir. Imaginan una realidad que ya no es, lo que fue, lo que pudo ser, lo que puede ser o puede no ser. El agua son los recuerdos que fueron, que ondean en una superficie plana y suben al exterior, y se expanden hacia el horizonte deformando imágenes que puede que alguna vez se hagan realidad.

Moody.

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