¡Olé! Parece que después de las semanitas con el botón de desastre encendido, las cosas se calman un poco.
A ver, he encontrado trabajo, eso sí, de currito comecalles de traje y corbata al amparo del astro Rey. Es decir, que soy como las putas pero en bien vestido y de día.
Empezaré como comercial y sólo Aramis Fuster sabe si aguantaré el paso de los meses o si me vaporizo la semana que viene.
Unas 7 horas bajo el sol, en plena ola de calor, es un despropósito. Nunca había sudado tanto en mi vida.
Miedo me doy...
Y he recuperado:
- Las gafas de sol
- El cartucho egipcio
- La pieza que sujeta las hélices de la maquinona
- Y de momento nada más.
Y sí, también me toca pringar los sabados.
Necesito una puta copa, la abstemia me mata.
Y que sea por Chueca, por Dios.
Moody.
viernes, 27 de agosto de 2010
miércoles, 25 de agosto de 2010
A ver a ver, centrémonos un poco
Soy la puta hostia: me he dejado las llaves de casa puestas en la cerradura por fuera... durante un día entero. UN DÍA ENTERO!!!
Y nadie ha entrado a robar. A mi se me han aparecido Santa María sin Pecado Preñada, Santa Kylie de todos los Botox y Santa Mariah Carey de las Lorzas Penitentes a la vez y arrejuntás manteniendo a los potenciales intrusos de vacaciones en Benidorm.
Uf, uf, uf... No se si es peor esto o el mensaje del ex diciendo que me quiere e inmediatamente yo pensando en ir corriendo a Mexico.
Centrémonos, Moody, centrémonos... pasito alante SÍ, pasito atrás NO.
Moody.
Y nadie ha entrado a robar. A mi se me han aparecido Santa María sin Pecado Preñada, Santa Kylie de todos los Botox y Santa Mariah Carey de las Lorzas Penitentes a la vez y arrejuntás manteniendo a los potenciales intrusos de vacaciones en Benidorm.
Uf, uf, uf... No se si es peor esto o el mensaje del ex diciendo que me quiere e inmediatamente yo pensando en ir corriendo a Mexico.
Centrémonos, Moody, centrémonos... pasito alante SÍ, pasito atrás NO.
Moody.
lunes, 23 de agosto de 2010
Cosas que he perdido en el último mes y pico
- Dos tubos de cacao labial, imprescindible para mí
- El tapacubos de la rueda delantera izquierda del coche
- Un adaptador de tarjetas microSD
- Un novio
- Un paquete de tabaco
- Otro paquete de tabaco
- La rosca que sujeta las hélices a la Thermomix (también conocida como maquinona en mi casa)
- Un cartucho egipcio que me regaló el exnovio (puede que esté en el coche)
- Un mechero
- Una lentilla
- Las gafas de ver
- Unas gafas de sol de esas de 4 euros que regalaban con nosequé revista interesantísima. Vale no, la revista era un puto coñazo.
- Un potencial contrato de trabajo, robado por una amiga mía de clase. Por suerte se está muriendo del asco en la oficina.
Bueeeeeenoooo, entonces tendré que irme de compras y reponer todo otra vez!!! Que como bien dice la Lomana, el lujo es todo aquéllo que nos es innecesario pero que hace la vida más agradable jujuju.
Moody.
- El tapacubos de la rueda delantera izquierda del coche
- Un adaptador de tarjetas microSD
- Un novio
- Un paquete de tabaco
- Otro paquete de tabaco
- La rosca que sujeta las hélices a la Thermomix (también conocida como maquinona en mi casa)
- Un cartucho egipcio que me regaló el exnovio (puede que esté en el coche)
- Un mechero
- Una lentilla
- Las gafas de ver
- Unas gafas de sol de esas de 4 euros que regalaban con nosequé revista interesantísima. Vale no, la revista era un puto coñazo.
- Un potencial contrato de trabajo, robado por una amiga mía de clase. Por suerte se está muriendo del asco en la oficina.
Bueeeeeenoooo, entonces tendré que irme de compras y reponer todo otra vez!!! Que como bien dice la Lomana, el lujo es todo aquéllo que nos es innecesario pero que hace la vida más agradable jujuju.
Moody.
jueves, 19 de agosto de 2010
A veces...
...las ranas se follan a los peces.
Interesante, ¿eh? Creo que ya se cuál es el origen de Paris Hilton, Heidi Montag y los/las ex-loquesean de todo el mundo: el fruto de sexo interespecie que termina en un embarazo no deseado de la señorita pez en cuestión (que seguramente sería un poco puta) y dando a luz un ser vivo con poco cerebro y una boca muy grande por la que soltar todo tipo de gilipolleces.
Lo que no se es si el rano en cuestión pasaba la pensión a la peza puta o intentó comerse al bebé anfibio-piscífolo (me acabo de inventar una palabra, chatos, llamad a los de la RAE) de un lengüetazo.
Y ya me dejo de gilipolleces que no he comido y tengo que ir a hacer la compra. Por eso no he comido, porque no tengo comida.
Y no, no estoy fumado ni me he liado a whiskolas, aunque lo parezca.
Moody.
Interesante, ¿eh? Creo que ya se cuál es el origen de Paris Hilton, Heidi Montag y los/las ex-loquesean de todo el mundo: el fruto de sexo interespecie que termina en un embarazo no deseado de la señorita pez en cuestión (que seguramente sería un poco puta) y dando a luz un ser vivo con poco cerebro y una boca muy grande por la que soltar todo tipo de gilipolleces.
Lo que no se es si el rano en cuestión pasaba la pensión a la peza puta o intentó comerse al bebé anfibio-piscífolo (me acabo de inventar una palabra, chatos, llamad a los de la RAE) de un lengüetazo.
Y ya me dejo de gilipolleces que no he comido y tengo que ir a hacer la compra. Por eso no he comido, porque no tengo comida.
Y no, no estoy fumado ni me he liado a whiskolas, aunque lo parezca.
Moody.
miércoles, 18 de agosto de 2010
De vuelta y cuelta, Raquel Revuelta digoooooooo en Madrid
Ale, que ya estoy otra vez por los Madriles.
Y he venido antes de lo normal porque en la playa ya me estaba aburriendo, y por lo visto por aquí no hay ni perri, así que levante la mano quien esté en Madrid y también se vaya a aburrir como Belén Esteban en un museo de arte
YOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
(y nadie más levanta la mano, porque soy el único que está por aquí... ¡yuju!)
Moody.
Y he venido antes de lo normal porque en la playa ya me estaba aburriendo, y por lo visto por aquí no hay ni perri, así que levante la mano quien esté en Madrid y también se vaya a aburrir como Belén Esteban en un museo de arte
YOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
(y nadie más levanta la mano, porque soy el único que está por aquí... ¡yuju!)
Moody.
jueves, 12 de agosto de 2010
Aviso a navegantes: post melancólico/filosófico/existencialista
No se si será por el calor del verano, el aburrimiento sobrevenido o el whiskola que me estoy tomando (bueno vale, es el segundo). El caso es que estoy teniendo demasiado tiempo para pensar, imaginar, recordar, proyectar...
Por fin tengo un tiempo para mi, sólamemte para mi en la piscina de mi pequeño paraíso, entre palmeras perfectas, césped y buganvillas, todo ello aderezado, como no, con una copilla, buena música y un cigarrito.
Éstos días estoy sociópata, en especial con los que están en mi casa, es sentir su presencia y querer mandarles con Rocío Jurado y Lady Di... Mi espacio vital se ha ampliado de dos metros a dos kilómetros.
Pero bueno, aquí estoy sin nadie que perturbe mi paz interior.
Y me siento a la orilla de la piscina y meneo un poco las piernas. Las ondas del agua que salen de mis pies se expanden al infinito y dostorsionan los azulejos azules y blancos del fondo. Me gusta esa imagen. Debería volver a pintar.
¿Hasta qué punto se puede modificar la realidad a través de la percepción? ¿Y los recuerdos? Ahí sentado le he proyectado por primera vez en años, aunque en realidad sólo ha pasado un mes desde la última vez que estuvimos juntos, cuatro desde que empezamos. Una eternidad para mi desde que se fue.
El agua me confunde, me hace soñar despierto, o recordar, o querer... Y sigo con el pelo hecho un asco, pero el espejo me devuelve la imagen con unos ojos verdes, de verde esperanza por volver a verle. Esos ojos de los que él se enamoro y que tanto le han visto en un irreal segundo, esperando que haya una próxima vez, una segunda oportunidad. Esos ojos aún recuerdan la primera vez, y lo que dijo en la despedida, y su cara, porque no sólo ven, también escuchan... "¿que me estás haciendo?" dijo él, "nada que tú no quieras", dijo la otra parte... y desde entonces hasta después. Y desde después hasta ahora. Y desde ahora hasta el destino sabe cuándo.
Esto es lo que pasa por remover el agua, que las ondas dibujan cosas que existieron, o que quizás puedan volver a existir. Imaginan una realidad que ya no es, lo que fue, lo que pudo ser, lo que puede ser o puede no ser. El agua son los recuerdos que fueron, que ondean en una superficie plana y suben al exterior, y se expanden hacia el horizonte deformando imágenes que puede que alguna vez se hagan realidad.
Moody.
Por fin tengo un tiempo para mi, sólamemte para mi en la piscina de mi pequeño paraíso, entre palmeras perfectas, césped y buganvillas, todo ello aderezado, como no, con una copilla, buena música y un cigarrito.
Éstos días estoy sociópata, en especial con los que están en mi casa, es sentir su presencia y querer mandarles con Rocío Jurado y Lady Di... Mi espacio vital se ha ampliado de dos metros a dos kilómetros.
Pero bueno, aquí estoy sin nadie que perturbe mi paz interior.
Y me siento a la orilla de la piscina y meneo un poco las piernas. Las ondas del agua que salen de mis pies se expanden al infinito y dostorsionan los azulejos azules y blancos del fondo. Me gusta esa imagen. Debería volver a pintar.
¿Hasta qué punto se puede modificar la realidad a través de la percepción? ¿Y los recuerdos? Ahí sentado le he proyectado por primera vez en años, aunque en realidad sólo ha pasado un mes desde la última vez que estuvimos juntos, cuatro desde que empezamos. Una eternidad para mi desde que se fue.
El agua me confunde, me hace soñar despierto, o recordar, o querer... Y sigo con el pelo hecho un asco, pero el espejo me devuelve la imagen con unos ojos verdes, de verde esperanza por volver a verle. Esos ojos de los que él se enamoro y que tanto le han visto en un irreal segundo, esperando que haya una próxima vez, una segunda oportunidad. Esos ojos aún recuerdan la primera vez, y lo que dijo en la despedida, y su cara, porque no sólo ven, también escuchan... "¿que me estás haciendo?" dijo él, "nada que tú no quieras", dijo la otra parte... y desde entonces hasta después. Y desde después hasta ahora. Y desde ahora hasta el destino sabe cuándo.
Esto es lo que pasa por remover el agua, que las ondas dibujan cosas que existieron, o que quizás puedan volver a existir. Imaginan una realidad que ya no es, lo que fue, lo que pudo ser, lo que puede ser o puede no ser. El agua son los recuerdos que fueron, que ondean en una superficie plana y suben al exterior, y se expanden hacia el horizonte deformando imágenes que puede que alguna vez se hagan realidad.
Moody.
martes, 10 de agosto de 2010
Las joyas de la corona
Adoro ese programa, así, simplemente.
Desde hace mucho, mucho tiempo (probablemente desde la era en la que Cher nació) me declaro radicalmente anti-telebasura, esos espacios en los que la gente tiene el cerebro directamente conectado con el culo, y cada vez que piensa la caga, y cada vez que abre la boca atufa a los televidentes con la mierda que sueltan por la boca (¿a que sí, Tele5?).
Pero como excepción que confirma toda regla, aquí ha llegado el programa del año: Las joyas de la corona. Y encima con Carmen Lomana, ese ser etéreo que sólo aparece si invocas a Chanel o Balmain, ese lirio flotante que relumbra destellos de sol debido a la tirantez de su jeto pasado de botox, esa animada mujer que en Navidades para tocar la pandereta, se pone unos pendientes de cascabeles y se arrea palmaditas en la cara...
Y lo mejor de todo esque a ella el programa tiene pinta de soplársela completamente.
En contraposición a la muñeca de cera motorizada (inciso: aaarrrggggg, una rata asquerosa corriendo por mi jardín!!!!), están esos seres que llegaron tarde al reparto de facultades intelectuales: a alguno le falta educación, a otros estilo, a otros libros para leer, a otros lengua con la que pronunciar bien, y a la mayoría, les falta todo lo anterior. No hay nada mejor que ver a una rubia-pollo turbochoni decir que ella le va a "enseñá loqe é erglamú a Carmen".
- Punto uno chata: Er glamú es la palabra más hortera que puedes escupir por tu bocaza.
- Punto dos preciosa: Ese rubio pirotécnico hace que parezcas una esterilla requemá.
- Punto tres pichurri: Di todo eso sin enseñá tor coño (que no eres Paris Hilton), y a lo mejor tienes alguna remota posibilidad de pasar por Prinzesa de Azturiaz.
Luego las hay que dicen que son "mu educás y mu de to" para después decir algo asín como "que vienen todos mis amigos de Parla y saltan el muro de la casa y le meten una paliza". Es algo así como Naomi Campbell, pero en turbochari bakaladera y con pelo (en la cabeza).
Y luego hay otro por ahí perdido entre la EGB y su flequillo despuntado rollo medio emo que no sabe si "arremeterse la camisica por dentro o por fubera", es decir, es como Cayetano Rivera pero sin el morbo, la elegancia, la percha, el saber estar... Bueno vale, no tiene nada que ver con Cayetano Rivera.
A grandes rasgos esto es lo que hay ahí dentro, pero más cantoso es el objetivo de este programa, que lo voy a resumir en dos puntos: uno el que se supone que es el de verdad, y otro el que en realidad es:
- Uno: proporcionar la oportunidad a jóvenes de refinar su comportamiento y adquirir la preparación necesaria para desenvolverse en cualquier ambiente, sobre todo en los selectos. El espectador podrá apreciar el esfuerzo que realizan y la evolución que sufren a través de su televisor.
- Dos: Proporcionar la oportunidad a jóvenes de hacer el rídiculo enfrente de toda España, dejando en evidencia su ignorancia en el saber estar y la baja adecuación de acomodarse en cada tipo de ambiente, especialmente en los selectos. El espectador podrá regocijarse de lo paletos que son los concursantes, echarse unas risas de esas que se te sale el moco volando y ponerles a caer de un burro morado con el emblema de Chanel.
- Tres: no hay tres.
Conclusión: Puro divertimento para nosotros basado en la "vergonzosa" situación de otros pretendiendo ser lo que no son.
Moraleja: cada uno es como es, y no pasa nada por ello. Yo no me río de aquéllos que no tienen tan buena preparación como la mía porque me parece injusto. Yo me río de aquéllos que pierden el norte, caen en la trampa, no son conscientes de sus propias limitaciones e intentan ser alguien diferente, llegando a caer en situaciones que les hacen ser meros títeres de divertimento y que terminan convirtiéndose en el hazmerreir del siglo por sacar los pies del tiesto. Nunca te traiciones a tí mismo/a.
Y lo mejor de todo es ver como a la Lomana le importa todo una mierda y que está ahí sólo para poner la cara.
Moody.
Desde hace mucho, mucho tiempo (probablemente desde la era en la que Cher nació) me declaro radicalmente anti-telebasura, esos espacios en los que la gente tiene el cerebro directamente conectado con el culo, y cada vez que piensa la caga, y cada vez que abre la boca atufa a los televidentes con la mierda que sueltan por la boca (¿a que sí, Tele5?).
Pero como excepción que confirma toda regla, aquí ha llegado el programa del año: Las joyas de la corona. Y encima con Carmen Lomana, ese ser etéreo que sólo aparece si invocas a Chanel o Balmain, ese lirio flotante que relumbra destellos de sol debido a la tirantez de su jeto pasado de botox, esa animada mujer que en Navidades para tocar la pandereta, se pone unos pendientes de cascabeles y se arrea palmaditas en la cara...
Y lo mejor de todo esque a ella el programa tiene pinta de soplársela completamente.
En contraposición a la muñeca de cera motorizada (inciso: aaarrrggggg, una rata asquerosa corriendo por mi jardín!!!!), están esos seres que llegaron tarde al reparto de facultades intelectuales: a alguno le falta educación, a otros estilo, a otros libros para leer, a otros lengua con la que pronunciar bien, y a la mayoría, les falta todo lo anterior. No hay nada mejor que ver a una rubia-pollo turbochoni decir que ella le va a "enseñá loqe é erglamú a Carmen".
- Punto uno chata: Er glamú es la palabra más hortera que puedes escupir por tu bocaza.
- Punto dos preciosa: Ese rubio pirotécnico hace que parezcas una esterilla requemá.
- Punto tres pichurri: Di todo eso sin enseñá tor coño (que no eres Paris Hilton), y a lo mejor tienes alguna remota posibilidad de pasar por Prinzesa de Azturiaz.
Luego las hay que dicen que son "mu educás y mu de to" para después decir algo asín como "que vienen todos mis amigos de Parla y saltan el muro de la casa y le meten una paliza". Es algo así como Naomi Campbell, pero en turbochari bakaladera y con pelo (en la cabeza).
Y luego hay otro por ahí perdido entre la EGB y su flequillo despuntado rollo medio emo que no sabe si "arremeterse la camisica por dentro o por fubera", es decir, es como Cayetano Rivera pero sin el morbo, la elegancia, la percha, el saber estar... Bueno vale, no tiene nada que ver con Cayetano Rivera.
A grandes rasgos esto es lo que hay ahí dentro, pero más cantoso es el objetivo de este programa, que lo voy a resumir en dos puntos: uno el que se supone que es el de verdad, y otro el que en realidad es:
- Uno: proporcionar la oportunidad a jóvenes de refinar su comportamiento y adquirir la preparación necesaria para desenvolverse en cualquier ambiente, sobre todo en los selectos. El espectador podrá apreciar el esfuerzo que realizan y la evolución que sufren a través de su televisor.
- Dos: Proporcionar la oportunidad a jóvenes de hacer el rídiculo enfrente de toda España, dejando en evidencia su ignorancia en el saber estar y la baja adecuación de acomodarse en cada tipo de ambiente, especialmente en los selectos. El espectador podrá regocijarse de lo paletos que son los concursantes, echarse unas risas de esas que se te sale el moco volando y ponerles a caer de un burro morado con el emblema de Chanel.
- Tres: no hay tres.
Conclusión: Puro divertimento para nosotros basado en la "vergonzosa" situación de otros pretendiendo ser lo que no son.
Moraleja: cada uno es como es, y no pasa nada por ello. Yo no me río de aquéllos que no tienen tan buena preparación como la mía porque me parece injusto. Yo me río de aquéllos que pierden el norte, caen en la trampa, no son conscientes de sus propias limitaciones e intentan ser alguien diferente, llegando a caer en situaciones que les hacen ser meros títeres de divertimento y que terminan convirtiéndose en el hazmerreir del siglo por sacar los pies del tiesto. Nunca te traiciones a tí mismo/a.
Y lo mejor de todo es ver como a la Lomana le importa todo una mierda y que está ahí sólo para poner la cara.
Moody.
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las joyas de la corona
sábado, 7 de agosto de 2010
Experiencias vitales domésticas
Por aquí ando otra vez, escribiendo (ja ja ja) dese la terraza de mi casa en la playa, a la vera de un jardin que te cagas lleno de plantas, música de Pink Martini, una cocacola zero, unos cigarritos un unas chicharras hijas de puta que cantan como Belén Esteban lo haría en OT VIP.
Los días que he pasado en Almería han sido muy, muy tranquilos, teniendo todo lo esencial para seguir desconectando y cargando pilas para la vuelta de septiembre. No se por que tengo la sensación de que va a empezar una etapa muy, muy intensa.
Y mientras tanto, el mexicano va cayendo poco a poco en el olvido, y momento a momento mi corazoncito se enfría entre recuerdos y sensaciones que todavía me recorren el cuerpo. Estas cosas no se olvidan, aunque el sentimiento vaya desapareciendo. Son vivencias muy bonitas que no hay que perder, pero tampoco se puede seguir viviendo a través de ellas. Ahí queda todo, en un cariño especial hacia lo que fue, y ya. La vida sigue y punto, el futuro es muy prometedor para vivir en el pasado, por mucho que pueda joder.
(¡Joder! Como huele de bien a jazmín, coño)
Y aquí, en el pueblo este de la costa más oriental de España todo sigue igual que el año pasado: demasiado coñazo.
Y tan coñazo que el otro descubrí la gran experiencia vital que supone fregar los platos.
Sí, sí, fregar los platos.
Te pones los guantes de goma para que no se te despellejen aún más las cutículas que tienes llenas de padrastros y abres el grifo del agua caliente. Entonces, pones un dedo debajo del chorro para cerciorarte de que sale caliente, pero como llevas los guantes puestos ni lo notas, así que te los quitas para poder sentir bien la temperatura del agua.
Pero... ¡ah! Aquí viene lo chungo, porque al quitarte el guante, éste se ha dado media vuelta, pero no del todo porque la parte de los dedos se ha quedado doblada hacia dentro, en plan royo candelabro. Pero claro, ahí no vas a poner unas velitas y encenderlas, que sí, que quedan muy pintonas, pero quedaría todo hecho un asco de cera derretida, y los platos seguirían sucios.
Entonces te decides echarle un par de cojones para devolver al guante su forma original, con dedos inclusive, pero lo que no te han dicho es que se necesita un título en Ingeniería Guantil, porque de repente se atasca un dedo y eso es como una ventosa que no se despega. Y mientras tanto los platos sucios empiezan a crear su propio ecosistema de seres vivos: si coges una lupa, puedes ver como en el tomate frito epieza a proliferar una extraña forma de vida con cierto parecido razonable a la duquesa de Alba.
Así que sacas fuerzas de la nada ante la amenaza de la vida extraterrestre que esta surgiendo en el platito de los cojones, y como McGyver, consigues lo imposible y arreglas el guante.
Te los pones y piensas "bueno, esto lo friego todo en un periquete, que me he comprado el Fairy ese del anuncio". Y claro, queramos o no queramos, sólo somos felices si tenemos las cosas que se publicitan. Nadie puede vivir sin el Fairy, que con una gotita friegas todos los baños de una prisión de Carabanchel. Y es entonces cuando llega la frustración, porque con esa gotita de Fairy no limpias ni una cucharilla de café sin utilizar. Tu mundo se viene abajo y te sientes engañado (o engañada si tienes vagina o quieres tenerla), tus deseos de autorrealización se van por el desagüe y deseas beberte todos los botes de debajo del fregadero.
Pero te sobrepones al trauma que te ha causado la agencia de publicidad que ha hecho el spot, te cagas en todo Villagarrulos de Arriba por mentirte y terminas el último plato, lo aclaras y lo pones en el escurridero. ¡¡¡Peeeero aún te quedan los vasos!!! Y los vasos son como correr la maratón, porque se quedan con toda la espuma dentro. Y tú los llenas de agua para aclararlos, pero siempre se queda alguna burbujita de espuma en su interior, lo cual hace que fregar un vasito de esos pequeños te haga llegar tarde hasta a la peluquería. Al final, optas por dejar esa burbujita de espuma dentro del vaso porque ya estás hasta los cojones, y piensas que lo que no mata engorda, y si alguien bebe de él, como mucho le saldrán pompas del culo cuando se tire un pedo, excepto a tu suegra/enemiga/ex turbocoñazo, que deseas que se le atasque y tenga una muerte lenta y dolorosa a base de reflujos con sabor a lavavajillas.
Y una vez terminas, te quitas los guantes y te vas al sofá supersatisfecho por el trabajo bien realizado, con el teléfono en la mano y el número de FACUA marcado en pantalla dispuesto a llamar para denunciar el próximo anuncio con publicidad engañosa de lavavajillas.
P.D.: Querido señor que dirige Fairy, si ve esto no me meta un puro por denigrar la imagen de la marca, que este blog no lo lee ni el tato y aparte de ello, yo soy así, que se me va un poco la olla y todo eso. Y en caso contrario, le recomiendo no probar nunca un vaso de agua que le pueda haber dado un servidor de usted.
Moody.
Los días que he pasado en Almería han sido muy, muy tranquilos, teniendo todo lo esencial para seguir desconectando y cargando pilas para la vuelta de septiembre. No se por que tengo la sensación de que va a empezar una etapa muy, muy intensa.
Y mientras tanto, el mexicano va cayendo poco a poco en el olvido, y momento a momento mi corazoncito se enfría entre recuerdos y sensaciones que todavía me recorren el cuerpo. Estas cosas no se olvidan, aunque el sentimiento vaya desapareciendo. Son vivencias muy bonitas que no hay que perder, pero tampoco se puede seguir viviendo a través de ellas. Ahí queda todo, en un cariño especial hacia lo que fue, y ya. La vida sigue y punto, el futuro es muy prometedor para vivir en el pasado, por mucho que pueda joder.
(¡Joder! Como huele de bien a jazmín, coño)
Y aquí, en el pueblo este de la costa más oriental de España todo sigue igual que el año pasado: demasiado coñazo.
Y tan coñazo que el otro descubrí la gran experiencia vital que supone fregar los platos.
Sí, sí, fregar los platos.
Te pones los guantes de goma para que no se te despellejen aún más las cutículas que tienes llenas de padrastros y abres el grifo del agua caliente. Entonces, pones un dedo debajo del chorro para cerciorarte de que sale caliente, pero como llevas los guantes puestos ni lo notas, así que te los quitas para poder sentir bien la temperatura del agua.
Pero... ¡ah! Aquí viene lo chungo, porque al quitarte el guante, éste se ha dado media vuelta, pero no del todo porque la parte de los dedos se ha quedado doblada hacia dentro, en plan royo candelabro. Pero claro, ahí no vas a poner unas velitas y encenderlas, que sí, que quedan muy pintonas, pero quedaría todo hecho un asco de cera derretida, y los platos seguirían sucios.
Entonces te decides echarle un par de cojones para devolver al guante su forma original, con dedos inclusive, pero lo que no te han dicho es que se necesita un título en Ingeniería Guantil, porque de repente se atasca un dedo y eso es como una ventosa que no se despega. Y mientras tanto los platos sucios empiezan a crear su propio ecosistema de seres vivos: si coges una lupa, puedes ver como en el tomate frito epieza a proliferar una extraña forma de vida con cierto parecido razonable a la duquesa de Alba.
Así que sacas fuerzas de la nada ante la amenaza de la vida extraterrestre que esta surgiendo en el platito de los cojones, y como McGyver, consigues lo imposible y arreglas el guante.
Te los pones y piensas "bueno, esto lo friego todo en un periquete, que me he comprado el Fairy ese del anuncio". Y claro, queramos o no queramos, sólo somos felices si tenemos las cosas que se publicitan. Nadie puede vivir sin el Fairy, que con una gotita friegas todos los baños de una prisión de Carabanchel. Y es entonces cuando llega la frustración, porque con esa gotita de Fairy no limpias ni una cucharilla de café sin utilizar. Tu mundo se viene abajo y te sientes engañado (o engañada si tienes vagina o quieres tenerla), tus deseos de autorrealización se van por el desagüe y deseas beberte todos los botes de debajo del fregadero.
Pero te sobrepones al trauma que te ha causado la agencia de publicidad que ha hecho el spot, te cagas en todo Villagarrulos de Arriba por mentirte y terminas el último plato, lo aclaras y lo pones en el escurridero. ¡¡¡Peeeero aún te quedan los vasos!!! Y los vasos son como correr la maratón, porque se quedan con toda la espuma dentro. Y tú los llenas de agua para aclararlos, pero siempre se queda alguna burbujita de espuma en su interior, lo cual hace que fregar un vasito de esos pequeños te haga llegar tarde hasta a la peluquería. Al final, optas por dejar esa burbujita de espuma dentro del vaso porque ya estás hasta los cojones, y piensas que lo que no mata engorda, y si alguien bebe de él, como mucho le saldrán pompas del culo cuando se tire un pedo, excepto a tu suegra/enemiga/ex turbocoñazo, que deseas que se le atasque y tenga una muerte lenta y dolorosa a base de reflujos con sabor a lavavajillas.
Y una vez terminas, te quitas los guantes y te vas al sofá supersatisfecho por el trabajo bien realizado, con el teléfono en la mano y el número de FACUA marcado en pantalla dispuesto a llamar para denunciar el próximo anuncio con publicidad engañosa de lavavajillas.
P.D.: Querido señor que dirige Fairy, si ve esto no me meta un puro por denigrar la imagen de la marca, que este blog no lo lee ni el tato y aparte de ello, yo soy así, que se me va un poco la olla y todo eso. Y en caso contrario, le recomiendo no probar nunca un vaso de agua que le pueda haber dado un servidor de usted.
Moody.
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